Conoce la historia de Richard Chase, quien por ser uno de los asesinos más sádicos que han existido se le ha llamado “El Vampiro de Sacramento”
Las historias de vampiros han formado parte de la cultura humana por muchos siglos, y aunque en ciertas épocas se creyó verdadera, hoy en día no es más que una leyenda. Sin embargo, hace un par de décadas, en 1987, existió un hombre, que si bien nunca se auto-proclamó como un vampiro, si aseguraba fervientemente que si no bebía sangre, moriría. Esto se fue acrecentando hasta que acabó siendo uno de los asesinos más crueles y sádicos de la historia. Su nombre era Richard Chase y sería conocido como “El vampiro de Sacramento”.
La historia de Richard Chase
Desde niño, Richard Chase sería diagnosticado con ciertos traumas, ocasionados por la problemática relación entre sus padres. Lo que comienza a desarrollarle una conducta psicótica con periodos de agresividad. Ya mayor de edad se muda con algunos amigos, y ahí es donde todos sus problemas mentales comienzan a presentarse de forma intensa. Por su gran consumo de drogas, de pronto tenía la idea de que una organización criminal andaba tras él, por lo que tapia su puerta y hace un agujero detrás del armario para salir por ahí.
Luego por ningún motivo aparente se afeita la cabeza, y asustado acude al médico estando seguro de que su cráneo se estaba deformando, agujereándole la piel, al mismo tiempo que aseguraba que alguien le había robado la arteria pulmonar. Luego de esto acaba en un psiquiátrico donde es considerado por varios médicos como peligroso para la sociedad, pero por algún motivo, acaba siendo liberado. En este momento es cuando comienza, como otro de sus delirios, a creer que es necesario para su salud consumir sangre, por lo que vaga por las calles buscando perros y gatos que matar para poder beber su sangre y vísceras mezcladas con Coca Cola.
Al parecer, en estos momentos Richard Chase creía que su estómago se estaba pudriendo y sus órganos comenzaban a reducirse de tamaño, y lo único que mantendría todo funcionando sería la sangre fresca. Y todo hubiera quedado como una sangrienta excentricidad, de no ser por que comenzó a aficionarse por los crímenes de algunos asesinos, y de repente, se da cuenta de que no necesita cualquier tipo de sangre: necesita sangre humana.
Víctimas de Richard Chase
Richard Chase compra una pistola calibre .22 y sin motivo alguno, mata a un hombre con dos disparos. Pero a él le fue bien, a comparación de los siguientes, pues su sadismo aumentaría con la siguiente víctima, una joven de 22 años a la que dispara cuando ella sale de casa a tirar la basura. Le dispara tres veces y mientras aún se encuentra con vida le abre el estómago y esparce sus intestinos sobre el suelo. Le corta el hígado, un pulmón y los riñones mientras la muchacha se desangra hasta morir agonizando. La vuelve a apuñalar, bebe su sangre y se la restriega por la cara y como “firma” de su aterrador crimen, defeca en la boca del cadáver.
Días después Richard Chase cometería algo todavía peor, allanando la casa de una familia, matando a la pareja con un disparo en la cabeza, luego matando a un niño de 6 años y a un bebe de 22 meses. Al cuerpo de la mujer le arranca un ojo y bebe su sangre. Poco después es descubierto por una persona que llama a la puerta justo cuando Richard Chase vaciaba el cráneo del niño, por lo que huye llevándose el cadáver del bebé.
Escape de Richard Chase
Ese mismo día la policía sale en busca del psicópata, y casi por pura suerte llegan al domicilio del asesino, quien obviamente no atendería a la puerta, pues tenía otro asunto entre manos. Luego de la huida, ya en la seguridad de su casa había decapitado al bebé y bebido su sangre, abierto su cráneo y devoraba el cerebro crudo cuando los policías llegaron, pero en medio de su frenesí no se percató del ruido que estaba haciendo y encontrándolo sospechoso, los policías se deciden a vigilar el apartamento.
Richard Chase sale de casa poco tiempo después con una caja, pero apenas ve a los agentes se da a la fuga nuevamente soltando la caja, que al caer al suelo deja a la vista lo que escondía: ropa ensangrentada y trozos de cerebro. Aun así, los agentes logran capturarlo. Pero aquello en la caja no era nada comparado a lo encontrado dentro del apartamento, un espantoso olor cubría el lugar, había manchas de sangre por doquier, huesos humanos por todos lados, un plato con cerebro sobre la cama y el refrigerador repleto con órganos humanos y animales.
El Final de Richard Chase
Richard Chase se defendería siempre alegando que unas voces en su cabeza lo obligaban a matar y llevar a cabo todos los actos horribles que realizó en tan poco tiempo. Fue condenado a muerte, pero antes de que llegara su hora, el Vampiro de Sacramento se quitó la vida en su celda.
Atte. Edy Doo