En tiempos de Guerra en el siglo XIX, ocurre esta terrible historia en Lunahuana, Perú, una ciudad actualmente conocida por su hermoso entorno natural, el turismo de aventuras y una casa llena de fantasmas.
Todo comenzó cuando un grupo de soldados enemigos masacraron a un hombre y su familia en su propia casa, posteriormente les prendieron fuego, sin importarles qué algunas personas aún siguieran con vida, condenando a estos últimos a ser quemados vivos.
De todas las víctimas, hubo una que sobrevivió, la nieta más pequeña, que posterior a la tragedia ya no vivió en el pueblo, pero años más tarde, ya siendo toda una mujer, regresaría a habitar esa casa infestada de dolor.
Lo que la joven no esperaba, es que volvería a encontrarse con sus familiares que ya no pertenecían a este mundo pero que aún estaban (o están) atrapados en la casa. Desde los primeros días que llegó, las manifestaciones paranormales le dieron una escalofriante bienvenida, pues los lamentos y susurros no la dejaban dormir por la noche.
No pasó mucho tiempo, y la heredera no lo soportó más, dejó la casa para no volver jamás. Estuvo mucho tiempo sola la propiedad hasta que unos inversionistas trataron de convertirla en hotel, pero no se sabe qué cosas habrán sucedido, que de un día para otro, volvió a ser abandonado el lugar.
Pasaron y pasaron los años, hasta que un siglo después ocurrió otra espantosa tragedia, unos jóvenes habían ido de camping a tierras de Lunahuana, y mientras paseaban en la noche, vieron a lo lejos la casa abandonada, pero extrañamente las luces estaban prendidas en su interior, cuando se acercaron escucharon música y personas divirtiéndose, así que decidieron unirse a la “fiesta”.
Cuando abrieron las puertas, los jóvenes se descubrieron en una casa completamente vacía, no había ni luces, sonidos o personas, solo un escalofriante silencio y una inmensa oscuridad. Los jóvenes salieron despavoridos, y lamentablemente uno de ellos, se unió a la lista de los muertos, al ser atropellado en la carretera frente a la casa.
Desde entonces la casa solo es habitada por los muertos, pues visitantes y residentes de la zona, aseguran que al pasar la media noche se abre un portal al más allá, pues se pueden escuchar caballos que se ahogan, carros que chocan, sombras que se asoman y gritos que desgarran el alma.
A pesar de que en la casa se realizan sesiones de Ouija y se celebran fiestas de Halloween a su alrededor, se dice que nunca nadie ha sido capaz de pasar una noche entera en su interior.
Atte. Edy Doo