Conoce la leyenda de Santa Inocencia, una niña cuyo cuerpo yace en la Catedral de Guadalajara…
En Guadalajara existe una hermosa Catedral, donde se encuentran diferentes figuras religiosas, una en particular sobresale, y es la caja de vidrio donde se guarda el cuerpo de una niña llamada: Inocencia.
Se dice que es tan milagrosa, que le pusieron de sobrenombre “Santa Inocencia” pues los visitantes que acuden al sitio le dejan cartas, algunos le piden milagros mientras que otros le agradecen por habérselos concedido.
Cuenta la leyenda que Inocencia era una niña muy buena y tenía un gran amor por Jesucristo. Al escuchar a sus compañeros tanto hablar sobre su primera comunión, ella soñaba que algún día también la haría, no paraba de imaginarse con su vestido blanco mientras comulgaba en la iglesia para recibir el cuerpo de Cristo.
Su ilusión era tanta que decidió acercarse con sus familiares para contarles sobre su deseo, pidiéndoles también el favor de que la metieran a las platicas del catecismo para poder realizar su primera comunión. Desafortunadamente su padre no tenía las mismas creencias, y al escuchar a su hija hablar así, se molestó tanto que a gritos le prohibió volver a hablar del tema y alejarse de las personas que le metían esas ideas en su cabeza.
Inocencia estaba llena en un mar de lagrimas, pues tampoco tenía el cariño ni la compresión de su madre, pues ella había fallecido años atrás.
Al día siguiente después de salir Inocencia de la escuela, emprendió su regreso a casa caminando, al cruzar por la calle, algo llamó su atención dentro de una casa, se podían escuchar unas platicas religiosas mientras retumbaba por dentro un hermoso canto angelical.
Al asomarse por la ventana se dio cuenta que se trataba de unas niñas que se preparaban para realizar su primera comunión, su ilusión nuevamente se hizo presente e hipnotizada por los hermosos cantos, sacó de su mochila un cuaderno junto con un lápiz y empezó a apuntar todo lo que escuchaba para así aprender lo que era el catecismo.
No solo fue una vez, fueron varias veces las que Inocencia llegó a la misma casa para aprender más sobre Dios. Un día, la madre quien impartía las clases, escuchó desde afuera el canto de una niña, lo que llamó directamente su atención y al asomarse se trataba de Inocencia. La madre asombrada de la niña, la invitó a que formara parte del grupo para que así aprendiera y pudiera realizar su primera comunión.
Al terminar el curso, la religiosa felicitó a los niños diciéndoles que estaban listos para realizar la esperada ceremonia, a Inocencia no se le veía muy entusiasmada pues recordaba que su padre le había prohibido ser parte de eso.
Se acercó con la madre y le platicó lo triste de su situación, pero lo que le contestó ella fue: “Es mejor tener al buen aliado que al mal”, aconsejándole que si era lo que ella quería, lo hiciera con entusiasmo.
Cuando se llegó el gran día, Inocencia estaba lista junto a la catedral con un hermoso vestido blanco, que por suerte las religiosas habían conseguido para que no se perdiera de su primera comunión, estaba llena de felicidad de por fin realizar el sueño que tanto anhelaba.
Al finalizar, Inocencia estaba tan feliz, y llena de emoción que sin importarle corrió hasta su casa para contarle a sus familiares de la hermosa experiencia que había vivido, pero al entrar solo se encontraba su padre, y ella comenzó a decirle lo hermoso que había sido todo.
Su padre, con una expresión llena de rabia al saber que la pequeña lo había desobedecido, tomó un objeto filoso y sin pensarlo se lo dejó ir al pecho de la pobre Inocencia, terminando con su vida inmediatamente.
Al ver la cruel barbaridad que ocasionó al dejarse guiar por su enojo, salió de su casa con un grito lleno de dolor, y huyó rápido de la ciudad. Los vecinos al escuchar ese grito tan fuerte se dirigieron asustados hacia la casa, y dentro de ella, encontraron tendida en el piso a Inocencia, a quien con tristeza decidieron llevarla a la catedral donde unos minutos antes, había realizado el sueño de hacer su primera comunión.
Desde entonces Inocencia habita en su lugar favorito… La casa de Dios.
Atte. Edy Doo