En el año de 1796 se inauguró en Irlanda una de las prisiones más famosas y aterradoras del mundo. Era inmensa y llena de podredumbre y muerte. Hasta que a principios del siglo pasado fue finalmente clausurada. Desde aquel entonces comenzó a deteriorarse, dando todo el aspecto de un lugar completamente perdido y embrujado.
La gente le tenía un respeto por los rumores de algo paranormal habitando sus paredes e intentaban mantenerse alejados del lugar lo más posible. Pero nunca fueron más que eso, sino hasta hace algunas décadas que se decidió que sería restaurado y fueron los trabajadores quienes comenzaron a ser testigos de estos hechos aterradores.
Al principio de su historia, la prisión contaba con una horca, donde muchos hombres perdieron la vida. Pero esto no era lo peor que podía sucederte en el lugar, pues contaba con numerosas herramientas de tortura, con las que fomentaban una buena conducta en el lugar. Y no solo criminales habitaron la prisión, pues grandes personajes de las rebeliones de aquel país no solo fueron prisioneros, sino murieron ahí. Tanta muerte podía interpretarse como la causante de tan malas energías, pero eso no fue todo.
En el siglo posterior, la hambruna que azotó el país trajo consigo que muchos niños huérfanos y hambrientos tuvieran que buscar maneras de sobrevivir, y algunos, los menos afortunados, decidieron apropiarse de lo ajeno y robar. Y a pesar de ser niños, y de tan solo haber robado un simple trozo de pan, acabaron siendo encerrados en la prisión. Donde eran encerrados junto a adultos y ancianos por igual, en pequeñas celdas compartidas, iluminados solo por una pequeña vela que, según se cuenta, debía durarles dos semanas.
Muchos de ellos acabaron muriendo en el lugar, y no en vano, sus espíritus debieron quedarse en sus paredes, buscando piedad, después del infrahumano trato recibido. Pero eso no importó a las personas que decidieron restaurar el lugar hace algunas décadas, pues con el pretexto de realizar visitas guiadas, se pusieron manos a la obra.
Pero no pasó mucho hasta que uno de los hombres encargados de resguardar el lugar por la noche comenzara a notar algo extraño. Su ventana daba hacia donde había estado en el pasado la guillotina, y un poco más lejos la capilla del lugar.
Poder ver ese patio desde su dormitorio seguramente era inquietante, pues estar junto un lugar donde tanta sangre fue derramada no debe ser nada bonito. Sin embargo, aquello no fue lo que llamó su atención, sino las luces de la capilla que, a pesar de haber sido apagadas por él, seguían prendidas.
Aun después de revisar los cables y corroborar que no tenían ningún desperfecto, por noche debía ir a apagarlas dos o tres veces, ya que el fenómeno se siguió repitiendo.
Tiempo después, uno de los hombres que pintaba las paredes del calabozo tuvo una experiencia bastante extraña, pues repentinamente, y sin que hubiera motivo físico, una ráfaga violenta de aire arremetió contra él. Según cuenta, parecía estar siendo absorbido por la fuerza del aire, pero como pudo, logró abandonar los calabozos, y al salir, muy pálido y aterrado, renunció, no solo a seguir pintando aquel oscuro lugar, sino al empleo por completo.
Otro que experimento un suceso sobrenatural fue una persona que restauraba parte de las celdas, y mientras hacia su trabajo, de pronto escuchó unos pasos pesados corriendo por la escalera. El hombre salió para saludar a quien fuera que estuviera subiendo, pero al salir, no vio a nadie cerca, a pesar de seguir escuchando los pasos sobre el frio metal de los escalones.
Se cuenta igualmente que, al ser abierto el recorrido, un grupo de niños presenciaron una extraña presencia en un balcón, pero de esto no se supo nada más. Lo que si se dice y asegura por todos los que han visitado tan siniestro lugar, es que sin importar si ves o no algo sobrenatural, es completamente real una sensación de estar siendo visto y de estar rodeados de presencias extrañas.
Y prueba de ello es que los grupos de visitas nunca se quedan más del tiempo preciso, una inquietud o tal vez el instinto los hace salir lo más rápido posible.
Atte. Edy Doo