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María de Jesús de Ágreda “La monja viajera”

En la vida real la teletransportación si existe pero la persona no desaparece completamente del lugar de origen, si no que esta en dos lugares al mismo tiempo, esta habilidad sobrenatural es conocida como: “Bilocación”.

Hay dos maneras para realizar este tipo de traslado, la primera se llama bilocación del espíritu o viaje astral, el espíritu puede viajar a cualquier lugar pero solo puede actuar como observador; La segunda manera, la persona con poder sobrenatural es capaz de interactuar en forma normal en cada uno de los dos entornos, con posibilidades de experimentar sensaciones y manipular objetos físicos.

Y aunque pareciera que el afortunado de tener este poder es practicante de la brujería, uno de los casos mas conocidos de bilocación, es el de la monja “María de Jesús de Ágreda”, quien desde el monasterio en España se teletransportaba hasta Nuevo México para evangelizar a los indígenas.

En 1622, una expedición de franciscanos arribo al territorio de Nuevo México para llevar el evangelio a los nativos, y aunque esperaban encontrar hostilidad, los franciscanos fueron bien recibidos, ya que los nativos habían sido evangelizados por una misteriosa “Dama Azul”, quien les había regalado un cáliz de su congregación.

Cuando los misioneros católicos le enseñaron retratos de varias de las monjas de renombre en España, de acuerdo a la descripción que les habían dado, todos los indígenas coincidieron en que era “María de Jesús”.

Después se comprobó con las hermanas de la congregación que el cáliz efectivamente pertenecía al convento y que María entraba en sueños profundos, cuando regresaba a su estado normal, siempre comentaba de sus viajes donde catequizaba a los habitantes del nuevo mundo. Cabe destacar que María nunca había viajado de la ciudad donde nació ni había abandonado su claustro.


La pobre monja fue acusada de brujería, los inquisidores la persiguieron e hicieron pruebas por años para demostrar que era merecedora de ir a la hoguera, afortunadamente la monja demostró su inocencia y se comprobó que sus poderes de teletransportación no era por su veneración al diablo, si no eran de una fuente divina.

Atte. Eddie Doo