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EL GATO NEGRO Y EL ORIGEN DE SU “SUPUESTA” MALA SUERTE

Hoy en día siguen existiendo comunidades que creen que cruzarse con un gato negro o pisarle la cola les traerá mala suerte. Por su pelaje oscuro, su carácter enigmático y sus ojos brillantes, se les mira con superstición y miedo, aún y cuando no se sabe el por qué de dicha creencia. ¿Y tú, sabes cuál es?

Su historia comienza en el Antiguo Egipto, dónde se les tenía en gran estima, en parte por ayudar a mantener a las ratas a raya, pero fue cuando surgieron Diosas con forma felinas, como Bastet, cuando se les tuvo en gran consideración, al nivel de acabar siendo un crimen matar a alguno.

Los griegos, al llegar a Egipto quisieron adoptar al animal y fue gracias a ellos que se extendieron por Europa. Por su fama de cazador de ratones se les recibió bien en sus nuevos hogares, sin embargo, al llegar la Edad Media se les comenzó a asociar con la brujería. Principalmente por culpa del papa Gregorio IX que escribió que los gatos y el diablo estaban asociados. Y por la fuerte influencia que la Iglesia Católica ejercía en ese entonces en todo el mundo, la gente comenzó a temerles.

Una anécdota de las que comenzaron a surgir en aquella época, contaba que un padre y su hijo caminaban por la calle en una noche sin luna, cuando tropezaron con un gato. Ellos le arrojaron piedras hasta que el animal corrió herido a refugiarse en casa de una mujer que era considerada bruja.

Al día siguiente, padre e hijo se encontraron con la mujer y advirtieron que cojeaba y tenía algunas heridas en el cuerpo. Dedujeron que no era una coincidencia, y desde ese día se creyó que las brujas tomaban forma de gatos negros por la noche para pasar desapercibidas.

Tiempo más tarde, al llegar la peste negra, la superstición de los gatos hizo creer a la población que eran los responsables y comenzó una matanza que casi conlleva la extinción de los gatos en el continente. Y al ser realmente los responsables de la peste las ratas, al acabar con la población felina la peste se extendió con fuerza y rapidez.

En la actualidad a pesar de ser una creencia casi extinta, siguen existiendo lugares en que se cree que si te cruzas con alguno es un presagio de que algo malo pasara.

Atte. Edy Doo