Todos hemos disfrutado en algún momento de alguno de los tantos juegos de la franquicia de Pokemon. Y cuando los recordamos suele ser por las largas horas que pasamos paseando por sus mundos atrapando criaturas maravillosas.
Si te tocó vivir la llegada de la franquicia a Latinoamérica, en los 90, también recordaras toda la sarta de tonterías que se habló en la televisión acerca de los orígenes diabólicos de las criaturas y de cómo podía afectar a los niños.
Sin embargo, por aquellas primeras épocas y en tierras niponas, comenzaron a salir una serie de noticias peculiarmente extrañas acerca de una melodía dentro de uno de los juegos y su oscura relación con múltiples suicidios de niños pequeños. La noticia desató la leyenda del: Síndrome del Pueblo Lavanda.
Según los rumores que fueron naciendo en torno a la noticia, se decía que aproximadamente 104 niños japoneses se habían quitado la vida a causa del juego. Pues, aunque en principio los suicidios no parecían tener relación entre ellos, al interrogar a sus padres, todos coincidían con que los niños habían comenzado extraños comportamientos a partir de comenzar a jugar el videojuego de moda: Pokemon.
Se informó que los niños habían presentado insomnio y sangrados en la nariz, así como una tendencia depresiva, lo que es altamente improbable en niños de esa edad. Pero a pesar de estos hechos, que podrían ser una coincidencia sin más, hubo otro hecho que comenzó a crear especulaciones extrañas. Pues al investigar las habitaciones de los infantes, con la intención de conseguir indicios acerca de sus motivos para los suicidios, se encontró que en los Game Boy de todos, estaba el cartucho del juego mencionado, y no solo eso, sino al entrar en el, todos estaban en la misma parte del juego: El Pueblo Lavanda.
Dicho lugar, dentro del videojuego, era en pocas palabras, el cementerio de los Pokemon. Allí, supuestamente era donde llevaban a las fallecidas criaturas, lo que comenzaba a crear ciertos rumores de que algo paranormal había provocado los incidentes.
Sin embargo, con el tiempo se descubrió que la canción que se reproducía al entrar en la zona podía ser realmente la responsable de todo, pues contenía tonalidades muy altas que solo podían escuchar personas de esa edad, y que provocaban mareos, irritación, estrés y podía llegar a efectos físicos como el vómito o desmayos.
Según los rumores, además de causar estas molestias, el escuchar de manera prolongada la canción era lo que pudo haber llevado a los niños a tan mal estado mental, que pudo haber concluido en los suicidios.
Se cuenta que rápidamente la compañía sacó cartuchos con versiones nuevas o modificadas de dicha melodía, y que en versiones posteriores desapareció por completo. Además, que dichos cartuchos se habían puesto a la venta exclusivamente en Japón, por lo que, a pesar de que existan tantos videos en youtube con la supuesta “versión real” difícilmente pueden ser verídicos.
Lo curioso de esta historia es que, aunque por falta de pruebas no se ha podido verificar su veracidad, tampoco se ha comprobado lo contrario. Ya que en su momento las noticias niponas si catalogaron el caso como un hecho causado por el videojuego. Cabe mencionar que a pesar de todo, Japón es uno de los países con mayor taza de suicidio desde hace décadas.
Atte. Edy Doo