Con el pasar del tiempo, es interesante ver como las apariciones o presencias paranormales se han ido haciendo presentes en distintos aparatos electrónicos, algo que las personas de siglos anteriores seguramente nunca imaginaron. Presentándose a través de la televisión o los teléfonos, por lo que no parece tan extraño que algo pueda “poseer” o expandir una maldición a través de un número telefónico, como es el caso de las siguientes historias.
A pesar de lo extraño que pueda resultar esto, los hechos parecen hablar por sí mismos, y así es la historia del misterioso número maldito de: (+359) 0888 888 888, el número proveniente de una empresa telefónica búlgara, que ha sido famoso por la muerte que lo rodea. Su primer dueño fue el director ejecutivo de la compañía, Vladimir Grashnov, quien poco de un año después de tener el número murió a los 48 años por un cáncer repentino. Tras esta inesperada muerte se comenzaron rumores acerca de algo provocado por la competencia, pero nunca se pudo comprobar.
Hasta entonces nadie había relacionado la muerte con el número, obviamente, pero eso cambió cuando su siguiente dueño, Konstantin Dimitrov, un supuesto mafioso de 31 años que en 2003 se encontraba supervisando una operación de contrabando de drogas con su novia. Ambos se encontraban comiendo en un restaurante cuando un hombre entró y los acribillo. La respuesta más obvia era un ajuste de cuentas, pero tan pronto se supo que él tenía ese número, las teorías comenzaron a surgir.
Y lo mismo paso cuando su siguiente dueño, un promotor inmobiliario murió por el supuesto ataque de un desconocido por la noche. Y como la policía no pudo determinar una causa coherente al ataque, los rumores acerca de un número maldito parecía que se volvían reales. Y desde entonces se llama al misterioso número esperando una respuesta paranormal.
Otro misterioso número telefónico fue uno que causó conmoción en la sociedad de Pakistán, pues en 2007 apareció una especie de leyenda urbana acerca de un “número rojo” o, en otras palabras, de un teléfono maldito. La información se propagó a través del correo electrónico, pidiendo a las personas que no contestaran a las llamadas que provinieran de cierto número. Ya que, si respondías, escucharías mortales señales de alta frecuencia que podía causar derrames cerebrales y muerte instantánea.
Lo aterrador no era solamente que el mensaje pudiera ser cierto, sino que al parecer ya se había cobrado la vida de varias personas. Lo de “número rojo” comenzó porque se aseguraba que el número podías identificarlo por ser marcado en el identificador con color rojo.
Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo la policía tuvo que poner más atención al caso, ya que el número de supuestas víctimas aumentaba, no solo mortalmente, sino también se decía que estaba afectando a mujeres embarazadas y hombres en general. Rápidamente la noticia se esparció a naciones aledañas, mientras que las telefónicas explicaban que los teléfonos no eran capaces de emitir una onda de esa magnitud, sin embargo, el caso nunca se cerró. A día de hoy no se sabe si fue verdad o no, pero el hecho de que nunca se haya podido comprobar su falsedad, es cuento menos inquietante.