A lo largo de mi vida, mi familia me ha contado muchos relatos de miedo (todos fruto de su propia experiencia) pero esta pequeña anécdota que les voy a contar a continuación es la que más me pone la piel chinita.
Le ocurrió a mi abuela cuando tenía a todos sus hijos pequeños, de los hermanos más grandes es mi madre que en ese tiempo tenía como unos 12 años.
Vivían en un rancho y acarreaban agua del arroyo para lavar la ropa y los demás deberes de la casa.
Un día se les terminó el agua que tenía en la casa y mi abuela preparó los cantaros para que cuando mi abuelo llegara fuera al arroyo por más.
Era muy tarde y mi abuelo seguía sin llegar a la casa, mi abuela no quería ir para no dejar a los niños solos pero el agua que mi abuela necesitaba le urgía para los deberes y los niños, hasta qué pasó más tiempo mi abuela se decidió ir aunque ya estaba oscureciendo.
Aprovechó cuando los niños más pequeños estaban dormidos para irse, dejando a mi madre de encargada y mientras se llevaba al hijo mayor para que la ayudara con el agua, cuando faltaban unos pocos metros para llegar al arroyo, mi abuela a lo lejos vio a una mujer que estaba agachada en una orilla lavando ropa, en ese momento mi abuela creyó que era una amiga de ella así que decidió rodearla y arrimarse por otra orilla para no entretenerse platicando y regresar pronto a casa.
Al llegar llenó las ollas de agua y mandó a su hijo para que se las llevara a la casa y volviera para ayudarle con las demás.
Cuando terminó de llenar las ultimas decidió acercase a su casa lo más que pudo para que al encontrase con su hijo en el camino la ayudara.
Al cargar las ollas se percató de que la mujer que se encontraba en la orilla se levantó y mi abuela de reojo vio que la mujer comenzó a seguirla, mi abuela trató de caminar rápido pues seguía pensando que era su amiga y no quería que la entretuviera con la platica.
Mi abuela sintió que su amiga estaba justo atrás de ella y para no verse grosera decidió voltear para saludarla, pero al momento que mi abuela volteo la mujer que la seguía estaba flotando por el aire, mi abuela estaba aterrada de verla dice que nunca había visto algo como eso, la mujer comenzó a gritar y a llorar, era un sonido escalofriante.
Mi abuela tiró las ollas del agua y empezó a correr lo más rápido que pudo, cuando vio a lo lejos que su hijo se iba acercando para donde se encontraba mi abuela, comenzó a gritarle desesperada que se regresara para la casa mientras seguía corriendo.
Su hijo al escucharla se regresó rápido y se encerró en la casa. Mi abuela mientras corría comenzó a rezar pues aquella mujer la sentía cada vez más cerca, y su llanto aún más fuerte.
De pronto el llanto de mujer dejó de escucharse, y mi abuela logró llegar a su casa a salvo. Les contó a mi madre y a su hijo el mayor lo que había sucedido, mi abuela de la impresión y el susto no podía respirar bien, mi madre y su hermano comenzaron a cerrar todo con seguro y se pusieron a rezar.
Dice mi tío (el hijo mayor) que el no vio a la mujer que lloraba y perseguía a mi abuela, él solo corrió porque pensó que un toro los seguía, quedaron asustados al saber lo que en realidad había sucedido, después llegó mi abuelo y mi abuela más calmada le platicó.
Al día siguiente mi abuela sentía un ardor horrible en su espalda, al revisarse para ver lo que tenía se dio cuenta que tenía arañazos por toda la espalda, mi madre le puso agua bendita a las heridas y decidieron ya no volver a ir jamás a ese arroyo de noche.
Anónimo (convocatoria de relatos de terror Edy Doo)