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La montaña de los duendes

Hace algunos años me encontraba con mi esposo y un primo de él en una finca construyendo una casa. La finca se encontraba en una montaña y no había vecinos cerca de ahí. Por la tarde cuando terminábamos la jornada, nos íbamos para la casa a descansar.

Un día, eran aproximadamente ‪las cinco de la tarde‬, cuando terminamos la jornada, nos retiramos del lugar como eventualmente lo hacíamos, caminando por una carretera de tierra, teníamos que caminar un lapso de 20 minutos aproximadamente para llegar a la casa, ya que vivíamos casi cerca.

Emprendimos nuestra caminata, llevábamos cinco minutos de haber empezado a caminar. A mi esposo y a su primo, les pareció muy gracioso adelantarse para esconderse de mí y asustarme cuando pasara caminando.

Ellos cuentan que cuando se adelantaron y me perdieron de vista se escondieron en un matorral a esperarme que yo pasara por ahí, el matorral estaba a unos cien metros de donde yo estaba.

Se sentaron en silencio para esperarme que pasara, pasaron 10 minutos y aún no pasaba por ahí, mi esposo y su primo ya estaban desesperados, pues ya me había tardado mucho. Ellos estaban seguros que aún no pasaba ya que nunca habían quitado la vista del camino, así que se comenzó a preocupar mi esposo pensando que me había sucedido algo.

El primo de mi esposo decidió adelantarse para ver si me veía en el camino mientras que mi esposo decidió regresar donde supuestamente me habían dejado, no me encontraba. Se regresó hasta la finca donde habíamos estado trabajando y comenzó a gritar mi nombre muy fuerte y muy preocupado.

Mientras caminaba y seguía gritando mi nombre, escuchó que le conteste diciendo: “Aquí estoy”, el enojado pensando que estaba jugando se dirigió hacía donde se escuchaba mi voz, pero al llegar no había nadie, de pronto comenzó a escuchar una pequeña risita diabólica donde él estaba parado, empezó a voltear hacia todas partes, pero no había nadie más junto a él.

Mi esposo estaba aterrado gritando: “Ya sal, no estes jugando” pero nadie ni siquiera mi voz le contestó, asustado decidió retirarse de ahí y dirigirse hacia el camino.

En el camino se toparon de nuevo mi esposo y su primo, y el primo le dijo que no me había encontrado, que me había buscado por todas partes y no aparecía.

Mi esposo le contó a su primo lo que había sucedido y continuaron mi búsqueda por el camino, gritando mi nombre en varias ocasiones y dicen que en dos veces que lo hicieron escucharon risitas.

Estaban asustados, ya llevaban más de 3 horas buscándome y el lugar ya estaba muy oscuro, cuando decidieron regresar hacia la casa y buscarme ahí, escucharon mi voz entre los matorrales diciendo: “Aquí estoy” Mi esposo gritó molesto y asustado a la vez: “Sal ya de ahí por favor”, aunque él estaba dudoso que fuera yo, sabía que algo andaba mal, pues cuando dijo eso se escuchó un silencio absoluto.

Las hierbas comenzaron a tronar sin haber nadie más ahí, se asustaron tanto que se fueron huyendo de ahí hasta llegar a la casa.

Cuando los escuché que iban llegando a la casa no pude evitar salir bien molesta a punto de reclamarle a mi esposo del porque me había dejado sola, pero cuando los vi me quede un poco sorprendida, tenían su cara pálida de espanto, estaban muy sudados y cansados tratando de tomar aire. Ellos por supuesto también se llevaron una gran sorpresa de verme en la casa.

Mi esposo no dejaba de verme sorprendido, intentaban decirme algo pero sus palabras no les salían de la boca, estaban muy cansados y aterrados.

Se metieron a la casa y traté de tranquilizarlos dándoles agua, cuando estaban más tranquilos tomando aire fue cuando comenzaron a contármelo todo.

Resulta que cuando ellos se me adelantaron yo seguí mi camino normal y llegué a la casa a los treinta minutos después, porque yo me fui despacio para que ellos me alcanzarán, estaba muy molesta, porque no podía creer que me habían dejado sola en medio del campo.

Estábamos tan sorprendidos que no podíamos creer que nos hubiéramos perdido de esa manera, como si una clase de ilusión o magia hiciera que mi esposo y su primo no me pudieran ver cuando yo pasé justo a lado de ellos.

La gente de por ahí dicen que en esa montaña viven duendes y que son muy traviesos, le gusta jugarle bromas a la gente.

Bueno esa es mi historia espero les guste, saludos desde el Valle Colombia.

Dicelly Gallego (convocatoria de relatos de Edy Doo)