Las leyendas de fantasmas que aparecen después de grandes tragedias y desastres naturales siempre han sido numerosas. Tal vez espíritus de víctimas que en medio del desastre no se dieron cuenta de su muerte y siguen rondando.
Han sido dos los terremotos que han azotado la Ciudad de México en las últimas décadas, y no han sido la excepción, ya que de ambos han surgido sus respectivas leyendas, pero lo más curioso, es que también ha habido casos que se creen mentiras de los medios que otras personas han dado por sentado que en realidad solo se trataba se fantasmas.
Uno de los que llamaron más la atención en redes sociales, fue lo que salió de un video que se trasmitió por televisión en el último terremoto. Ya que varios usuarios se dieron cuenta que, en cierto momento, si pausabas el video y hacías zoom sobre él, en una grieta del edificio era posible ver el rostro de un niño muy pálido. O al menos eso parece ser, lo extraño es que la cara aparece y desaparece muy rápido, no como alguien que está atrapado, sino más bien como alguien que se asoma y se esconde.
En redes la opinión fue intensa, ya que para muchos claramente se trataba de un fantasma. Algo que tenía sentido ya que el lugar en cuestión se trataba de una escuela.
Sin embargo, los casos más interesantes fueron los que causaron polémica a nivel internacional, como el caso del niño “Monchito” ocurrido en 1985.
Se trató de un caso que tuvo al país entero en espera de que fuera rescatado, pues su padre aseguraba que se encontraba con vida bajo los escombros, pues era su padre quien decía que el niño y el abuelo del mismo estaban ahí al momento del derrumbe. Por ello tanto elementos de la Cruz Roja como Topos, Ejército y Protección Civil comenzaron a hacer todo lo que estuviera en sus manos para rescatar al pequeño.
Durante días las labores no se detuvieron buscando al niño. Y la prueba más impresionante, fue que desde afuera se intentó comunicarse con él: “Si eres un adulto golpea una vez, si eres un niño golpea dos”.
Dos golpes fueron escuchados y las esperanzas de todos se recuperaron. Se cavaron túneles más rápido y se removieron escombros. Pero luego del arduo trabajo solo pudieron encontrar el cadáver del abuelo. Y entonces decidieron que no quedaba nada más allá abajo.
Se removieron los escombros por completo y no se encontró ningún cadáver más, solo una caja fuerte con varios millones de pesos, pero ningún rastro de un niño. Lo primero que se pensó y que muchos ciudadanos han seguido creyendo fue que todo se trató de un engaño o farol de la televisión, sin embargo, otros creen que no fue otra cosa más que un fantasma. Un niño que tal vez no era Monchito, pero cuyo espíritu buscó ayuda con los rescatistas.