La última gran guerra del mundo que se llevó la vida de millones, obviamente debía ser la causa de que personas y soldados en pena se quedaran entre nuestro mundo y el mundo de los muertos, o eso es lo que parece según las siguientes historias, las cuales nunca han podido ser explicadas y se dice que no se trata de otra cosa que de fantasmas. Almas que, al morir de maneras tan terribles e instantáneas, nunca supieron que habían muerto y se han quedado vagando por el mundo.
El informe
Tres pilotos de aviones bombarderos Douglas DB-7 Boston salieron a una misión contra las defensas alemanas. Horas más tarde, al regresar, su mariscal al recibirlos percibió que en sus caras se reflejaba un terror inhumano, como si hubieran visto el mismo infierno. Lo atribuyó a la fatiga de la guerra y los envió a que llenaran su informe de batalla, premiándolos con un descanso para después.
El mariscal regresó a sus responsabilidades, pero no había pasado una hora cuando recibió una desconcertante noticia: los mismos pilotos que había recibido y visto con sus propios ojos, habían muerto en la misión. Inmediatamente fue a buscarlos, seguro de que se trataba de un error, pero a pesar de encontrar los informes llenos con lujo de detalle, no se encontraron rastros de los pilotos. Se dice que incluso en sus informes se incluían detalles acerca de cómo habían muerto cada uno.
A pesar de que cualquier soldado pudo haber llenado el informe a manera de broma, los detalles de la batalla concordaron con los informes posteriores y era algo que nadie podía saber aparte de ellos tres.
Los soldados de Hollandia
El Puerto de Hollandia (hoy llamado Jayapura) fue lugar de un enorme ataque por parte de los aliados. Estaba ocupada por japoneses y era una base de paso a las Filipinas, por lo que era un punto estratégico y por ello, aun antes del ataque había tropas junto a la artillería antiaérea, temerosos de un ataque a cualquier momento. Sin embargo, aun con todas las precauciones, el ataque llegó de sorpresa y en cuestión de segundos hizo estallar el complejo.
Luego de que el lugar fuera habitado por aliados, sin embargo, los lugareños decían que algunos soldados japoneses siguieron en la isla. Ellos decían que un cañón antiaéreo japonés, seguía siendo custodiado por japoneses cadavéricos que aparecían a la medianoche, con sus casos oxidados y siempre alertas. Como si al momento del ataque no se hubieran percatado de nada y siguieran creyendo que siguen vivos.
La casa de Kuala
Hacía finales de los 50, años después del final de la Segunda Guerra Mundial, un reportero de la BBC hizo un informe acerca de un extraño suceso que tenía lugar en una pequeña casa en Kuala Sengalor, Malasia.
Dicha casa había funcionado como base provisional para soldados japoneses durante la guerra, y según testigos y el propio reportero, por las noches se podían escuchar pasos de botas pesadas, justo como las botas militares de los oficiales japoneses que la habitaron alguna vez.