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5 casos aterradores de personas enterradas vivas

A inicios del siglo pasado, hubo una época en que la población comenzó a tener un miedo profundo por ser enterrados vivos, y hasta se llegaron a construir ataúdes especiales con sistemas para avisar que estabas vivo y poder respirar.

Pero dicho miedo fue porque existieron numerosos casos en que las personas no tuvieron tanta suerte, y todo gracias a la terrible catalepsia, un estado catatónico que pueden llegar a tener las personas que sufren de epilepsia, mal de parkinson, histeria, entre otras cosas.

Y hace parecer que el cuerpo del afectado no está vivo, pero lo está, con apenas un rastro de vida que no puede ser identificado.

En algunas ocasiones duraban minutos, horas, y en los casos más comúnmente confundidos con decesos, días. Lo peor de todo, es que en algunas ocasiones según dicen los expertos, las personas con menos suerte, son conscientes plenamente en su catalepsia, por lo que podrían presenciar incapaces de hacer nada, como sus seres queridos lo creen muerto y lo entierran. Algunos de estos se han hecho famosos por lo crueles o tristes de sus casos. Algunos otros, llegaron al ataúd por otros motivos, pero se quedaron ahí para siempre.

Lawrence Cawthorn

Su caso data de 1661, en Londres, donde Lawrence era un carnicero que sufrió catalepsia, y su esposa, que estaba ansiosa por cobrar su herencia, lo llevó a enterrar antes de que un médico pudiera revisar el cuerpo.

Sin embargo, cuando unos amigos de Lawrence fueron luego a visitar la tumba, y de pronto escucharon gritos debajo del suelo, se dieron cuenta de lo que había pasado y excavaron lo más rápido que pudieron, pero ya era demasiado tarde. Lawrence yacía muerto con los ojos saltados del cráneo, luego de haber golpeado el ataúd con su cabeza en su desesperación.

Octavia Smith Hatcher

En 1891, en Kentucky, hubo una epidemia que hoy en día se sabe fue producida por una mosca, pero que en aquella época no se conocía a profundidad. Por lo que, cuando Octavia fue infectada, siendo la primera del poblado, rápidamente fue declarada muerta y la enterraron.

Pero días después, otras personas comenzaron a caer enfermas igual que ella, y su esposo comenzó a dudar acerca de la muerte de Octavia, por lo que fue al cementerio para comprobarlo y la desenterró. Al abrir el ataúd, encontró a su esposa muerta con una terrible expresión en el rostro y las uñas desgarradas.

Era obvio lo sucedido, había despertado una vez enterrada e intentó salir arañando el ataúd, algo que obviamente no consiguió.

El ruso ahogado

En el 2011, un hombre de 35 años decidió experimentar por experiencia propia qué se sentía estar enterrado, por lo que con ayuda de un amigo cavaron un hoyo profundo en su patio y se enterró en un féretro, con una botella de agua y un celular, al tiempo que conectaron un tubo hacia el exterior para poder respirar.

Una vez cubierto de tierra, el amigo le habló por teléfono, y comprobando que todo estaba bien y se encontraba en buen estado, como habían convenido antes, lo dejó ahí durante la noche.

Lamentablemente, cuando en la mañana regresó por él para desenterrarlo, encontró a su amigo muerto y ahogado. Pues durante la noche había tenido lugar una lluvia torrencial en la zona y que gracias al tubo de aire pudo llenar de agua hasta ahogar al hombre.

Rufina Cambaceres

En 1903, una joven de la aristocracia argentina fue encontrada rígida y sin signos vitales el día de su cumpleaños. Los doctores que la revisaron concluyeron con que se había detenido su corazón, por lo que decidieron enterrarla en el mausoleo de la familia.

Un día después uno de los cuidadores del lugar escuchó leves ruidos provenientes del mausoleo, por lo que fue a avisar a la familia. Cuando llegaron y abrieron el ataúd, la encontraron de espaldas y con el rostro rasguñado, seguramente por la desesperación de no poder salir al despertar. A partir de entonces, en argentina se comenzó a velar a los muertos por un mínimo de 24 horas.

Angelo Hays

En 1937, en Francia, el joven Angelo de 19 años sufrió un accidente en su motocicleta, chocando directamente con un muro que le desfiguró parcialmente el rostro.

Fue dado por muerto y lo enterraron, pero días después y debido a una cuestión del seguro de vida su cuerpo fue exhumado, solo para encontrar que el cuerpo seguía caliente. Y se encontró que estaba en una especia de coma, por el golpe del choque, y esto había limitado su necesidad de oxígeno, lo que le permitió sobrevivir enterrado.

Luego de despertar se avocó en construir féretros de emergencia para evitar que nadie que fuera enterrado vivo muriera allí, y sus féretros incluían radios, señales de alarma, alimentos, WC químico, suministro de oxígeno y hasta una biblioteca.