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Elizabeth Fritzl, la joven secuestrada en el sótano por su padre

La historia se remonta a una niña con apenas 11 años de nombre Elizabeth Fritzl. Quien estuvo encerrada durante 24 años en el sótano de su casa.

Elizabeth a partir de los 11 años empezó a sufrir abuso sexual por parte de su padre y a los 18 años, su padre Josef Fritzl, la llevó al sótano por medio de engaños, sin saber que estaría ahí encerrada durante 24 largos y tormentosos años.

El padre la ató y drogó, manteniéndola aislada para satisfacer sus perversos deseos cada que quisiera. Josef obligó a Elizabeth a escribir una carta donde decía que ella había escapado de casa y pedía que no la buscaran por ningún motivo, esto para que Josef pudiera vivir con su esposa en su casa y su hija encerrada en el sótano.

La habitación estaba en una sección escondida del sótano, tras una puerta con un código que solo Josef conocía. Ahí fue donde mantuvo viva a Elizabeth, abusando de ella y llegando al punto enfermizo de tener 7 hijos con su propia hija. De los cuales 3 se quedaron viviendo en la habitación escondida junto con su madre-hermana, otros 3 hijos se fueron por ordenes de Josef a vivir en la parte superior de la casa junto con el y su esposa.

Para esto, hizo escribir una carta a Elizabeth de que eran sus hijos y quería que sus padres lo cuidaran, los bebés aparecían en la entrada de la puerta con la nota, y el séptimo hijo gemelo del mas pequeño, falleció.

Después de años, exactamente en el 2008, Elizabeth vio una oportunidad cuando uno de sus hijos enfermó gravemente y Josef se vio obligado a llevarlo al hospital, sin saber que Elizabeth le había metido una nota al niño en los bolsillos del pantalón, donde explicaba la situación en la que se encontraba y pedía ayuda, afortunadamente la nota fue encontrada y las víctimas fueron rescatadas de su encarcelamiento.

Actualmente Elizabeth tiene 49 años y vive con 6 de sus hijos en algún lugar de Austria, alejada de los medios, intentando hacer una vida normal y con apoyo del gobierno de unos 4 mil euros aproximadamente al mes.

El padre de Elizabeth fue condenado a pasar sus últimos días en una prisión para enfermos mentales, una condena ligera para una mente tan perversa como la de Josef Fritz.

Y de toda esta historia, la esposa de Josef, menciona que nunca estuvo enterada del infierno que vivió su hija y que su esposo fue el demonio causante de todo esto.