Ser considerado como uno de los asesinos más mortales de un país no debe ser poca cosa, menos cuando el otro que comparte ese terrible título haya matado a decenas de mujeres y niños. En el caso de “La Bestia de Ucrania”, fue perseguido ferozmente hasta que consiguieron atraparlo para regresar la paz a un país aterrorizado por tantos terribles asesinatos en solo 6 meses.
Se trata de la historia de Anatoly Onoprienko, quien entre 1995 y 1996, en la región de Zhitomir provocó una época de terror, con una serie de decenas de asesinatos que pasaron sin que nadie supiera nada acerca de que él era el asesino, y tal vez por eso hubo tanta sensación y presión para el gobierno, parecía inaudito que alguien pudiera matar tanta gente en solo 6 meses sin que se supiera nada de él.
Sin embargo, eso cambiaría la noche de nochebuena en 1995, cuando Anatoly atacó la casa de una familia, matando a los padres y dos hijos e incendiando la casa para eliminar sus huellas parecía el colmo, lo más triste fue que solo los atacó para robar sus pertenencias, las cuales eran un sencillo par de collares. Una semana después hizo lo mismo con otra familia, y fue entonces cuando el gobierno puso en marcha un operativo enorme para capturarlo. Para entonces ya llevaba 43 muertes en su lista.
Cuando se hizo una lista de sospechosos, una persona sobresalía, un hombre que viajaba regularmente a la región de los ataques para visitar a su novia, una persona que convenientemente se iba de la zona cuando se investigaban los crímenes. Pero viéndose amenazado, Anatoly huyó ilegalmente del país, visitando Austria, Francia, Grecia y Alemania en su estadía fuera de Ucrania. Sin embargo, allá tampoco tuvo tanta suerte ya que fue preso por seis meses en Alemania por un robo.
Para desgracia de los ucranianos, fue expulsado del país y regresó a las tierras que mancho de sangre, mismas que volvería a empapar apenas volver, ya que volvió a asesinar a otras 9 personas solo para poder robarles sin dejar ningún testigo. Buscando al asesino dieron con la novia y el hermano, y en sus departamentos encontraron una pistola robada y 122 objetos que Anatoly robó a sus víctimas, tal vez como trofeos por sus terribles actos. Cuando fue encontrado se negó a confesar nada, pero más pronto que tarde acabaría haciéndolo.
Confesó haber matado a 52 personas, todas con el mismo método, elegía las casas aisladas y atacaba a los hombres con armas de fuego, para después acabar con las mujeres y niños con cuchillo o hacha. Luego de esto les cortaba los dedos para quitarles los anillos y acababa por quemar las casas para evitar rastros. Uno de sus actos más terribles fue matar a un bebé de 3 meses asfixiándolo con su almohada.
Para quienes lo conocían lo describían como una persona deportista, racional, educado y elocuente. Alguien que en teoría jamás haría algo como lo que hizo, pero Anatoly se justificaba en haber tenido una vida dura, pues luego de haber muerto su madre cuando él tenía 4 años, su padre y hermano lo habían mandado a un orfanato. Al crecer, su forma de ganarse la vida fue robando, y así siguió hasta convertirse en uno de los más grandes y terribles asesinos de su país.