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La escalofriante historia del primer fantasma del mundo

Desde hace mucho tiempo que los fantasmas han sido parte de nuestra historia, pero ¿sabes cuál fue el primer fantasma del que se tiene registro? Si bien puede haber relatos que refieran a aparecidos de épocas más antiguas, la idea de un fantasma dentro de una casa, acosando a sus habitantes, apareció por primera vez en Atenas, y fue escrito por Plinio el Joven, nacido en el lejano año del 61 d.c. y que se podría decir fue el primer autor de la historia de una casa encantada.

Se trata de la “casa encantada de Atenas” y su historia fue relatada por Plinio en una serie de cartas atribuidas a sucesos paranormales. Específicamente fue descrito en la carta n°27 del libro VII de sus Epístolas, en los versículos 5 al 11. Y dentro de sus líneas se narran extraños sucesos ocurridos dentro de la casa.

La cual se describe como una casa grande, espaciosa, vacía y abandonada. Según se cuenta, para el momento de la historia de Plinio, los habitantes originales de la casa la habían abandonado luego de experimentar algo sumamente extraño y aterrador. Ellos afirmaban haber visto una presencia deambular por la casa, algo descrito por ellos como espectro y que tenía la imagen de un anciano delgado, con una larga barba y cabello erizado, vestido con ropa andrajosa y caminando muy lentamente y pesaroso. De sus pies colgaban grilletes y de sus manos inmensas cadenas que se sacudían y anunciaban su presencia cuando volvía a aparecerse por las noches.

Luego de que los inquilinos se fueran, un filósofo llamado Atenodoro llegó a Atenas buscando una casa, y como dicha propiedad se vendía a un precio casi ridículo, decidió ignorar las historias del fantasma y ocupó la casa junto a toda su gente. Entonces es cuando llega lo más interesante de la historia, pues no pasó una noche antes de que el fantasma hiciera acto de presencia, solo que a diferencia de la mayoría de historias de fantasmas, esta tiene un final muy peculiar.

Cuando llegó la hora de dormir, el filósofo, renuente de los rumores de la aparición, decidió quedarse a trabajar en sus escritos durante la noche, para probar por cuenta propia como no sucedía nada paranormal. Durante horas logró mantener su mente ocupada en su trabajo, pero de repente, Atenodoro escuchó el sonido de unas cadenas a lo lejos. Sin inmutarse el filósofo siguió con su tarea, hasta que el ruido siguió aumentando poco a poco, hasta sentir que lo que sea que fuera aquello estaba frente a él.

Cuando voltea a verlo encuentra justo lo que le habían platicado, un anciano de barba, decrépito y cargando una cadena. Según la historia, el filósofo aun siguió intentando ignorarlo, volviendo a trabajar, pero el fantasma tiro de las cadenas para llamar su atención. En ese momento se dio cuenta que quería decirle algo.

Atenodoro se levantó y tomó una lámpara para seguir al fantasma, quien lo guio hasta el patio, en cierto punto el fantasma desapareció y justo en ese lugar, el filósofo puso una marca. A la mañana siguiente fue por personas para que le ayudaran a excavar, y cuál fue la sorpresa de todos, al encontrar que había huesos y cadenas, provenientes de alguna persona que fue enterrada sin sepultura.

Y justo eso podría explicar la presencia del fantasma, quien, al no tener un lugar propio para descansar, se había visto en la necesidad de buscar la ayuda de los vivos. Y esta es la historia de la primera casa encantada de la que se tiene registro, y que seguramente dio origen a todos los demás relatos que hoy conocemos alrededor del mundo.