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La verdadera historia de “El Exorcismo en Connecticut”

En 1986 es el año en el que comienza el suplicio que una familia neoyorkina estaba por enfrentar, Philip el hijo mayor de la familia Snedeker es diagnosticado con cáncer linfático por lo que la familia decide mudarse a Connecticut donde se encontraba el hospital adecuado para el, por si no fuera poco con la enfermedad, la nueva casa que los estaba esperando es la peor parte de esta historia.

Al rentar la casa venía con una condición, no tirar ningún objeto que se encontrara en el sótano ya que eran recuerdos, que eran conformados por estanterías de sierras y cuchillos, una camilla metálica giratoria y toda herramienta que un forense necesita para embalsamar cuerpos, pues el sótano fue una funeraria desde 1936 a 1980.

El sótano donde sería el cuarto de Philip y su hermano, estaba conjunto a la antigua funeraria, solo los separaban unas puertas corredizas. Philip desde un principio empezó a decir que había una presencia malvada en la casa, constantemente escuchaba una voz de un hombre en el sótano que le decía: “Philip ven aquí”. Su madre Carmen pensaba que eran alucinaciones por los medicamentos, pero no era el único que veía cosas, la hermana menor veía espíritus en el espejo.

En una madrugada Philip y su hermano vieron entre la oscuridad a tres siniestros hombres, quienes los miraban fijamente y les susurraban algo espantoso, después los entes comenzaron a carcajearse y uno de ellos aventó uno de sus juguetes contra la pared, rompiéndolo en mil pedazos. En otra ocasión, Philip llegó a ver un niño vestido de Superman, después se enteraron que ese niño fue embalsamado en la casa y posteriormente enterrado con su traje del superhéroe.

Uno de los más terribles episodios fue, cuando bajo la influencia de una entidad oscura, Philip trató de abusar sexualmente de una prima que vivía con ellos, por lo que Philip fue ingresado a un hospital psiquiátrico por 45 días.

Pasaba el tiempo y lamentablemente por su situación económica, la familia no podía dejar la casa, incluso aunque las manifestaciones paranormales se volvieran cada vez más fuertes; las cosas se movían por si solas, había ruidos inexplicables y las camas vibraban; fue entonces que tuvieron que recurrir por ayuda al matrimonio de los Warren.

Cuanto los investigadores paranormales llegaron a la casa, Lorraine visitó el sótano a solas, y tuvo una visión de un hombre grande quien estaba manipulando y trasladando cuerpos sin vida, también practicaba con ellos la necrofilia (relaciones sexuales con los muertos). Lorraine se percató que no solo se enfrentaban a un espíritu atormentado, sino a un demonio, por lo que ella y su esposo Edward llamaron al Sacerdote Timothy Conlan, quien realizó un exorcismo para dar fin a esa entidad diabólica.

Después de todo ese tormento, la familia Snedeker encontró la calma, Philip logró vencer al cáncer y ellos se mudaron de la casa.

Atte. Edy Doo