Todos a los que nos tocó crecer con las películas de Disney las conocemos bien: La Sirenita, la Bella Durmiente, Rapunzel y Cenicienta; a todos nos conmovieron con su búsqueda eterna por el amor verdadero.
Toda belleza y felicidad era lo que obtenían al final de sus respectivas películas, sin embargo, como ya es bien sabido, sus historias originales con varios siglos de antigüedad distan mucho de las películas que todos hemos visto. Así que, si no quieres arruinar tu infancia, no leas este artículo, quedas advertido.
Rapunzel
Ella es una de las princesas Disney más nuevas, y tal vez se deba a que no sabían cómo adaptar la historia, pues originalmente, es una de las más sangrientas de todas ellas. Como en la película, Rapunzel estaba encerrada en la torre y tenía el cabello inmenso, sin embargo, este no tenía poder alguno.
El poder de la bruja provenía de un trato que hizo con Satanás, en el que para cumplir su parte debía sacrificar una princesa cada año.
Por su parte, en la torre, Rapunzel no tenía una hermosa habitación para si misma. Yacía desnuda siempre, pues sus hermanos eran quienes la mantenían encerrada, y durante toda su vida la violaron miles de veces.
Y desde ahí arriba, un día escuchó al príncipe, y al verse, ambos quedaron enamorados, ella le tendió su cabello y lo subió para que la salvara, y justo estaba por desprenderle los grilletes que la mantenían atrapada cuando una trampa se cerno sobre el pobre galante.
Frente a Rapunzel, sus hermanos le sacaron los ojos y lo tiraron desde la ventana, solo para que fuera devorado en cuestión de minutos por los cuervos. Rapunzel no tuvo un mejor futuro pues, luego de aquello fue sacrificada por la bruja.
La Sirenita
En la película, la Sirenita buscaba una poción para poder salir a tierra a cambio de su voz. Y en el cuento pasa igual, con la gran diferencia de que no solo pierde su voz, sino que desde que toma la poción cada paso que da, le duele como si estuviera caminando sobre cuchillos y que, el castigo en caso de no conseguir el amor no sería volver a ser sirena, sino morir. Tanto así fue el amor que llegó a sentir por su príncipe.
Pero cuando llega a conocerlo, este acababa de casarse con alguien más, pues confunde a la Sirenita con aquella otra mujer, creyendo que fue ella quien lo salvó, y como la Sirenita no tiene voz es incapaz de explicarle la verdad. Ella regresa con la mayor tristeza al mar, solo para lanzarse y acabar convertida en espuma marina.
La Bella Durmiente
La profecía en la película era igual en el cuento, según ella sería una astilla envenenada la que dejaría en un eterno sueño a la princesa, por lo que el rey la sobreprotegía, pero sin poder hacer nada al respecto, como la profecía dicto desde un principio, la astilla alcanza su dedo y cae dormida.
Para su seguridad es llevada a un castillo, pero nadie contó con que en algún momento alguien pudiera encontrarlo y entrar. Y así fue el caso de un príncipe que, tras llamar a la puerta y darse cuenta de lo abandonado del lugar, decide entrar hasta encontrar en la torre a la Bella Durmiente, postrada.
Se enamora de ella, pero apenas se da cuenta de que está profundamente inconsciente mantiene relaciones sexuales con ella y se marcha. A los nueve meses nacen por si solos dos pequeños bebés del vientre de Bella, y es uno de ellos, al chupar su dedo pinchado quien retira la astilla y despierta a la princesa.
El príncipe regresa entonces, y Bella se entera de lo sucedido y de otra cuestión, el príncipe está casado.
Cenicienta
En esta ocasión quienes se llevarán la peor parte en el relato original, no será cenicienta, sino sus hermanastras. Pues cuando su madre se entera de que el príncipe está buscando la dueña de la zapatilla (que no era de cristal) a una de ellas la hace cortarse los dedos y a otra el talón para que pueda entrarles el zapato, pero el príncipe se percata de la sangre y descubre que a quien le queda realmente es a Cenicienta.
Pero ahí no acabaría su tortura pues, al ver que su hermanastra se casará con él, acuden a su casamiento intentando estrechar relaciones, pero repentinamente una parvada de cuervos las ataca y les arrancan los ojos, convirtiéndolas en ciegas pordioseras.