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Los muertos bajo la alberca

Hace muchos años en un panteón de la ciudad de Mexicali, Baja California, se construyó el parque recreativo Francisco Zarco, por lo que tuvieron que remover muchas de las tumbas, exhumando los cadáveres del lugar donde reposaban, sin embargo las almas de esos muertos profanados se quedaron en el parque para vengarse de aquellos que disfrutan donde habitó la muerte.

Dentro del parque se hicieron albercas, todo estaba resultando de maravilla, hasta que un día comenzaría una leyenda después de cobrar la vida de una primera víctima, un niño… Su madre cuenta que su hijo se metió a nadar a la alberca mientras ella lo vigilaba, de pronto el niño le comenta que se le durmió la pierna y que aparte sintió que lo estaban jalando hacia abajo, pero su mama pensó que era parte del calambre.

Pasaron los minutos y el verdadero terror se presentó, cuando el niño da un grito desgarrador y ruega por auxilio, pues decía que lo querían ahogar, su madre fue a pedirle ayuda al salvavidas, quien acudió rápidamente al grito de auxilio, sin embargo lo que estaba pasando, era de índole sobrenatural, y el hombre estaba por darse cuenta que había alguien más, pues al sumergirse bajo el agua y tomar al niño quien seguía luchando por vivir, una fuerza inhumana y poderosa no lo dejaba subir al niño, por el contrario el pudo sentir que el niño era jalado hacia abajo, para cuando logró que le soltaran al niño, ya fue demasiado tarde, pues el niño ya había fallecido.

Esta aterradora historia se propagó por la ciudad, y muchos de los visitantes creían en los muertos enojados pero otros solo bromeaban al respecto, manteniéndose incrédulos de lo que contaba la gente. Una vez una mujer que no creía se metió a nadar al agua, y ella mismo fue testigo, de que huesudas manos bajo el agua la jalaban para ahogarla, incluso sus amigos que eran muchos no podían sacarla del agua, pues algo mas fuerte que ellos la jalaban hacia abajo, no fue hasta que la mujer invocó al espíritu santo para que los muertos la dejasen; La mujer asegura que no eran solo unas manos las que la jalaban, sino decenas.

Y así como estos casos, son muchos los testimonios que cuentan ser atacados por espíritus bajo el agua.

Atte. Edy Doo